La industria musical en su conjunto presenta una clara evolución de mercado dirigida a la gestión del directo. Las giras de los grupos y los ingresos generados por la venta de entradas y por los acuerdos de contratación suponen la parte más sustancial de las ganancias del sector musical, por encima del volumen generado vía discográficas, gestión y explotación de derechos de autor e imagen o los dividendos producidos por las plataformas de streaming.
Si sumamos a esta ecuación la irrupción de los macrofestivales musicales y su asentamiento en la dieta musical del espectador medio, vemos aún con mayor nitidez la importancia de las empresas de management en el nuevo contexto del mercado musical.
El movimiento por el control de la cuota de mercado exige garantizar y hacer crecer los contenidos. Es decir, a los grupos. Además, hay que saber gestionar el formato de recepción del consumidor, el continente, en sus respectivos canales: giras, festivales, redes, plataformas, radio, TV. En esta vibrante pugna el denominador común es la gestión del management de las bandas y ahí es donde la escena musical valenciana tiene un gran reto a resolver.
Si analizamos los datos anuales del Anuario de la música en vivo de la APM 2023 y 2024, entre los veinte grupos estatales que más facturan por los conciertos no encontramos a ningún artista que tenga una empresa de management que opere en clave valenciana. El ranking está encabezado por Live Nation, GTS Universal Music Group, Riff, The Project y Get In. Traducido geográficamente: Madrid-Barcelona-Sevilla-Euskadi. Esta es la realidad.
Los grupos empresariales valencianos potentes se han especializado mayoritariamente en la gestión de festivales. Así, empresas como The Music Republic (Arenal Sound, Festival de les Arts, FIB), Producciones Baltimore (Low Festival, Warm Up) y Serious Fan Music (Noches del Botánico) disputan en la liga de las pulseras de colores, pero dejando en segundo término el desarrollo del management, una oportunidad para fortalecer el tejido local a nivel de creación y gestión del contenido artístico. Esto nos aboca, entre otros factores, a jugar en la periferia del control mediático y económico de la música.
Generadores de bandas
Sin grandes empresas de management local, la industria valenciana no puede escalar todo su ecosistema asociado: editoriales, estudios de grabación, discográficas, promotoras, productores, agencias de comunicación, empresas técnicas auxiliares. El I+D de la música es el talento, es apostar porgrupos musicales que marcan tendencia y sean capaces de establecer hegemonías musicales duraderas. Debemos dejar de ser “consumidores de bandas” a pasar a ser “generadores de bandas”, debemos trabajar como un gran grupo de interés con marca valenciana, que sepa poner en valor la música y a los profesionales que trabajan detrás de ella.
La Valencian Music Office es un primer paso para alinear a todos los operadores que actúan en el medio, pero no es suficiente. La creciente simbiosis entre desarrollo de management musical y las agencias de gestión y creación de contenidos en las redes sociales, podcasts, talent shows y late-night shows, nos obligan aun más a un análisis de la realidad bastante cruda. Un diagnóstico rápido nos dice que carecemos de grupos mediáticos propios con influencia real en el ámbito estatal. No tenemos ningún Grupo Planeta, Prisa,Mediaset, Unidad Editorial, Vocento, etc. Estas plataformas son básicas para poder lanzar la carrera musical de los artistas ysin ese poder y el paraguas mediático que prestan, los músicos y cantantes se ven obligados a buscar estructuras sólidas de lanzamiento en el exterior, principalmente Madrid y Barcelona, donde además concentran sus sedes sociales Warner, Sony y Universal, y las principales agregadoras digitales como The Orchard, ONErpm o Altafonte para terminar de cuadrar el círculo.
Llegados hasta aquí, deberíamos cuestionarnos si uno de los factores de corrección a explorar, ante la desigualdad de oportunidades que vemos reflejado en el sector productivo musical, es una intervención de la administración para regular un mercado musical con claros síntomas de concentración y falta de defensa de la competencia. Ante una liberalización tan acusada que genera diferencias territoriales inalcanzables y tratándose de una materia cultural, de interés público general, con derechos protegidos por la Constitución Europea, impulsar políticas de discriminación positiva legislativa, económica y fiscal podría ser una medida paliativa. Si se puede regular el mercado inmobiliario, el sector eléctrico y el sector sanitario, el musical quizás no debería ser menos. La importancia estratégica del management musical, para la escena valenciana, marcará el futuro de nuestro sector y nos determinará qué papel vamos a jugar en los próximos años.